Diversos avances técnicos proporcionaron un impulso decisivo al desarrollo de la astronomía; la aparición de nuevos telescopios permitió explorar la superficie de los planetas y descubrir nuevas estrellas, así como medir las distancias entre ellas. En el siglo XIX, la utilización del espectroscopio aportó interesantes datos acerca de la composición química de los cuerpos celestes y de sus desplazamientos. En la siguiente centuria se ha revelado la estructura de las galaxias, al tiempo que los progresos de la física han favorecido la fabricación de instrumentos astronómicos de enorme precisión; algunos de ellos, emplazados en satélites artificiales, funcionan como observatorios situados en la órbita terrestre.
GRANDES HITOS EN LA ASTRONOMÍA RECIENTE
Los avances de la fotografía estelar permitieron la conclusión de un mapa celeste de un mapa celeste, cuya confección se inició en 1887, que incluía la posición de tres millones de estrellas. Posteriormente, el desarrollo de la espectroscopía hizo posible la publicación, en 1924, de un catálogo de estrellas. En la última etapa del siglo XIX y el las primeras décadas de la siguiente centuria los éxitos en el campo de la astronomía llegaron a partir de la aplicación del llamado "efecto Doppler" a la medida de las velocidades radiales de las estrellas y a su rotación.
Recordemos que el efecto Doppler se relaciona con el cambio de frecuencia que experimentan las ondas cuando la fuente emisora tiene un movimiento relativo respecto al receptor. Por otra parte, el descubrimiento del "efecto Zeeman" -fenómeno magneto-óptico que consiste en el desdoblamiento de una línea espectral en varias, cuando la muestra que origina el espectro se somete a la acción de un campo magnético externo- demostró la existencia del campo magnético de las manchas solares (1908), del Sol (1913), y de las estrellas (1946). El empleo de instrumentos como el espectroheliógrafo (1892) y el coronógrafo (1930) proporcionaron, asimismo, un importante impulso a los estudios de astronomía. La radiación radioeléctrica, descubierta en 1939, anunció el nacimiento de la radioastronomía. En 1910 Hertzsprung y Russell posibilitaron un importante avance con el descubrimiento de estrellas enanas y gigantes. Posteriores descubrimientos informaron acerca de la evolución de la materia en el interior de las enanas blancas. En la década de los treinta se descubrió por primera vez que la irradiación de las estrellas tenía su origen en reacciones nucleares. Para el conocimiento de la estructura y del tamaño del sistema estelar resultaron fundamentales el descubrimiento de corrientes estelares (1905) y, especialmente, la medición por primera vez del diámetro de la galaxia (1917), así como su rotación (1927). Mención especial merece el descubrimiento del ingente universo de las nebulosas, debido a Hubble. A partir de 1950 la óptica electrónica se aplicó al trazado de curvas de luz de estrellas variables: desde 1956, a la observación de espectros, lo que permitió niveles de rapidez y exactitud desconocidos hasta entonces.
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